Desde que en 1835 se desamortizara el monasterio de san Salvador, las dos partes en las que quedó dividido corrieron diferente suerte. La parte religiosa, con el claustro, sacristía, sala capitular, etc., quedó en manos del Arzobispado de Burgos. La dedicada a la vida diaria del cenobio como la biblioteca, cámara abacial, celdas, refectorio, etc. ha pasado por diversos avatares hasta que desde 1968 fue comprada por la Diputación Provincial de Burgos quien es actualmente su propietaria. La primera siempre ha sido objeto de visitas turísticas, no así la segunda que, a pesar de contar con algunos elementos de interés, ha permanecido cerrada al público.
Gracias a un acuerdo suscrito entre la Diputación Provincial de Burgos, la parroquia de san Salvador y el Ayuntamiento de Oña, desde el 23 de marzo se ha ampliado el recorrido turístico del cenobio con la inclusión del claustro barroco o romano, la escalera magna y el patio de san Íñigo. Se trata de zonas que hasta este momento eran inaccesibles y que constituyen un punto de más de interés en la ya de por si fascinante visitas a esta abadía.
Las condiciones de la visita son las siguientes: sábados, domingos y festivos (excepto lunes), a las 12:00 horas y con un aforo limitado a 50 personas .
