22 de noviembre. Esta es la fecha en la que la Iglesia Católica celebra la onomástica de santa Tigridia, abadesa del monasterio de san Salvador de Oña. Sí, abadesa. Porque aunque en nuestro cenobio, durante cerca de 800 años se observó la regla monástica benedictina a través de monjes negros, en sus inicios asistimos a un monácato dúplice formado por monjes y monjas. Y fue aquí donde santa Tigridia desempeñó el cargo de abadesa.
Es poco lo que sabemos de su figura ya que las fuentes son muy parcas al respecto. Si algo llama en primer lugar la atención es su singular nombre que nos ayuda a conocer su origen. Se trata de un nombre frecuente en el oeste, en Palencia y en la comarca leonesa de Sahagún, de ahí que podamos establecer su ascendencia en la dinastía Banu Gómez de Saldaña, siendo nieta de Diego Muñoz y Tigridia de los Banu Gómez de Saldaña.
De las cuatro hijas que tuvieron los condes de Castilla, tres de ellas, Muñadona, Sancha y Urraca casaron con importantes dinastías vecinas (Pamplona, Barcelona y Gascuña), mientras que Tigridia fue reservada para la vida conventual. A la luz de la diplomática medieval, la primera aparición de nuestra santa se sitúa en el documento fundacional del monasterio para luego guardar silencio hasta el 1014 en el que aparece reconocida plenamente como abadesa hasta 1022. A partir de esta fecha el silencio es absoluto. Desconocemos incluso la fecha de su muerte que debió acontecer por el año 1030.
El lugar elegido para su sepultura, en la capilla del Cristo del monasterio oniense, es un privilegio que se la otorga ya que la sepultura el interior de los templos se reservaba a obispos, presbíteros y aquellos fieles seglares de los que se hubiera probado la capacidad de obrar milagros. No consta la realización de ningún milagro por parte de nuestra abadesa, por lo cual, su lugar de enterramiento y su fama de santidad vendrían determinados por aclamación popular. Los coetáneos de la santa percibieron y reconocieron méritos en vida de ella, lo que propicio una conciencia colectiva de «vida santa» y su posterior veneración como tal.
Actualmente sus restos reposan en un arca en un retablo del siglo XVII en el lado de la epístola. En este mismo arca, en 1968, es donde el párroco D. Agustín Lázaro halló la prenda hispanos musulmana que actualmente se expone en la sacristía de la abadía.
La Infanta y Abadesa Santa Tigridia. María Pilar Alonso Abad y David Peterson. Asociación Amigos de S. Salvador de Oña. 2017