Cuando se pasea por las calles y plazas de nuestra localidad uno se da cuenta del importante patrimonio cultural con el que contamos. Pero este patrimonio, derivado de un pasado histórico imponente, no se ciñe única y exclusivamente a la abadía de san Salvador. Un ejemplo lo tenemos en la escalera que se habilitó hace unos años para conectar la calle Ronda con la calle Agua a la altura del consultorio médico. Este fue el lugar elegido para reubicar un escudo que siempre ha pasado desapercibido, ya que anteriormente estuvo localizado en los solares que existían en la calle Ronda, detrás del citado consultorio.
Aunque su estado de conservación es deficiente, todavía hoy pueden verse algunos elementos que contribuyen a identificarlo. En la parte central, y de manera más nítida, se ve una cruz. A la izquierda una rama que como veremos es de olivo. Y a la derecha, aunque hoy está desaparecida, debería ir colocada una espada. Esta tríada de elementos simbólicos componen lo que es el escudo del Santo Oficio de la Inquisición. La cruz es la divisa por excelencia de este tribunal eclesiástico que simboliza la muerte de Cristo y la redención de la Humanidad. La rama de olivo alude a la paz, la misericordia y la reconciliación con los arrepentidos. La espada por su parte representa el poder soberano, y el ajusticiamiento de los herejes. En ocasiones el escudo aparece rodeado de la leyenda «Exurge domine, et iudica causam tuam» (Levántate, Señor, y juzga tu causa). Lema adaptado a partir del Salmo 73.
Estamos ante el único testimonio del Santo Oficio en nuestra Villa, lo que no quiere decir que la pieza tuviera su origen aquí ya que su descontextualización y falta de documentación no permite aventurar hipótesis alguna.